Le encanta el sexo y es implicadísima con su amante ocasional
Me percaté de que el fuego se había apagado y decidí dar una vuelta por la ribera del lago. Fitzgerald en mis oídos, una chaqueta ligera, unas zapatillas, una manta para poder sentarme y una recopilación de los relatos de Chéjov. Sigue leyendo